sábado, 7 de julio de 2012

REVOLUCION FRANCESA

1789, Francia atravesaba una crisis económica, el rey Luis XVI, decidió imponer nuevos impuestos. Conocía  la situación de agitación existente entre la burguesía, y no quiso poner en riesgo su poder, decidiendo que fueran los nobles los que abonaran la nueva carga forzosa. Estos, acostumbrados a la situación privilegiada, que habían mantenido hasta entonces, exigieron al rey la convocatoria a los estados generales, reunión de los tres estados, para resolver asuntos de importancia, con la convicción de que puesta a votación la implementación de estos impuestos, serían desechados. Su certeza se basaba en que en los estados generales, se votaba por estado y no por cabeza o por persona, de este modo, tanto la nobleza como el clero se opondrían, ya que no querían renunciar a sus privilegios y sólo el tercer estado los aprobaría. Por lo tanto los votos serían dos contra uno, a favor de la no imposición de impuestos a la nobleza.

Sin embargo, la burguesía, conocedora de esta situación, exigió que se votara por cabeza y no por estado, así de ese modo, los integrantes del tercer estado, obtendrían la victoria, porque eran muchos más.

Al no lograr que hicieran lugar a su pedido, los burgueses se separaron de la reunión de estados generales, para formar su propia reunión, a la que denominaron Asamblea Nacional.

El 20 de junio de 1789, los representantes del tercer estado juraron mantenerse unidos hasta lograr el establecimiento de una constitución.



El 14 de julio de 1789, el pueblo de París, realizó la toma de la Bastilla, una vieja fortaleza donde se encarcelaba a los opositores del rey, y se apropió de la harina que allí se almacenaba. No fue un gran logro, ya que allí sólo había en ese momento siete prisioneros, pero se convirtió en un símbolo de la lucha contra el poder real.

El 4 de agosto de 1789, los diputados reunidos en la Asamblea Nacional abolieron legalmente el orden feudal, los privilegios de la nobleza y del clero y los tributos personales que los siervos debían entregarles. A partir de este momento, los nobles deberían pagar impuestos.

Entre el 20 y el 26 de agosto de 1789, se proclamó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, por parte de la Asamblea Constituyente francesa, aceptada por el Rey de Francia el 5 de octubre de 1789. En ella, se establecía la igualdad de los ciudadanos ante la ley y aseguraba la libertad de comercio y la propiedad privada. Estas ideas concretaban los ideales revolucionarios que eran los de libertad, igualdad y fraternidadREVOLUCION FRANCESA

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