EL traje egipcio
El traje egipcio es considerado el prototipo del traje mediterráneo antiguo: combinación de mantos, "faldas" y "túnicas" que penden de breteles o anudadas en torno al cuerpo; prendas sin costura.
Los egipcios cultivaban el lino, material idóneo por su frescura para una región tan cálida, y aceptaron su naturaleza arrugadiza. Pareciera que el atractivo de sus prendas, reside en el plisado abundante y la composición envolvente.
Los humildes trabajaban descalzos y semidesnudos. Como el pudor antiguo revestía un carácter social más que sexual, las mujeres del pueblo no se ruborizaban al mostrar el pecho desnudo.
La prenda fundamental y común para ambos sexos era la falda o pampanilla anudada a la cadera (shenti), todavía esencial entre los pueblos del sudeste asiático, donde recibe nombres tan diversos como dhoti (La India), sarong (Malasia) o sampot (Camboya).
Las mujeres egipcias disponían también de una suerte de falda con tirantes, de corte muy cercano al de nuestros delantales pero con anchos tirantes que permitían contener los senos.
La exhibición de riqueza exigía un vestuario apenas más complejo. Entonces el shenti se confeccionaba con lino más fino y plisado, incluso traslúcido, y que a partir del Nuevo Imperio se ven combinadas con una muy amplia prenda de vestir, de corte aún desconocido (¿como una túnica, como una gran casulla?), que se vestía anudada a la cadera por medio de un echarpe. Algunos libros denominan a esta prenda “vestido de dignidad” porque suele aparecer en las representaciones de la familia real. Y también se lo suele llamar "kalasiris".
Observadores de la higiene, los egipcios se rapaban la cabeza, y para protegerla del sol empleaban cofias; la más característica es el klaft, la cofia típica de los faraones representada a tamaño colosal en la Esfinge de Giza. Para ocasiones de relieve social se tocaban con grandes pelucas, casi siempre más largas para las mujeres que para los hombres, y con frecuencia coronadas por incensarios que perfumaban el ambiente.
Perfumes, afeites y maquillaje eran producidos y exportados en abundancia desde Egipto hacia Mesopotamia. El kool y la henna constituían la base de los colorantes cosméticos; hombres y mujeres orlaban la almendra ocular con un trazo oscuro y lucían anchos torques multicolores sobre el pecho.
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